Ilhabela: verão, sol, praia... shopping center, congestionamento, mkt selvagem...

Um quesito muito importante para quem vai viajar a qualquer lugar, principalmente qd é longe de casa, é verificar a veracidade da oferta. Para isso existem os sites das pousadas e hotéis, bem como os contatos com a secretaria de turismo de cada cidade.
É difícil confiar em alguéis de casas, a menos que seja através de uma imobiliária cadastrada. Pode sair mais caro, mas é o preço da segurança. Agências de viagens conhecidas também são mais seguras.
Uma viagem exige um bom planejamento. Exige conhecer os pré-requisitos locais, para não ser pêgo de surpresa.
Conheço Ilha Bela, fiquei hospedada na Pousada do Alemão e não tenho queixa alguma do lugar. O atendimento em todos os lugares visitados foi excelente; pessoas cordiais, educadas e sempre sorridentes. Sem falar no lugar em si... acho que nunca vi lugares tão lindos, e, com certeza eu sou a favor do controle do turismo em Ilha Bela.
Para quem não sabe, Abrólios tem sofrido muito com a exploração desenfreada do turismo... a morte de corais é uma perda a qual não podemos mensurar prejuízos.
Não quero ver o mesmo acontecer em Ilha Bela, já bastam as mansões construídas em cima dos costões rochosos (o que é crime no Brasil), não entendo como a prefeitura permite aquilo, espero um dia vê-las todas demolidas.
Espero que a Ilha continue com o controle de entrada de turismo para que toda aquela beleza permaneça por gerações.

Lamentablemente me quedé sin conocer este hermoso paraíso, por el solo hecho de poseer una Van, así de simple. ¿Saben lo que es una van? Un auto tipo traffic, y particularmente la mía no tiene ni aire, ni dirección ni ningún detalle de lujo.
Había reservado, previo depósito bancario de 50% del alquiler, una casita en la praia do Curral, para pasar diez hermosos días en Ilhabela.
Cuando me aprontaba a subir a la balsa con toda la familia me llevé la triste desilusión.
Imagínense tres chicos de 10,11 y 15 años atravesando un canal en un ferry con nuestra propia camioneta...!!! Era todo emoción. De repente me dice el hombre que daba los tickets: NO señor, sin autorización con ese vehículo no puede entrar en Ilhabela. -¡¡¿¿Cómo??!! Le digo. -no soy transporte de pasajeros, es mi vehículo particular, he recorrido miles de kilómetros por Brasil!!!
-LO siento señor, en la isla no corren las leyes corrientes del Brasil continental, allá es diferente.
Por poco no nos ponemos a llorar la familia entera en la dársena de embarque.
Me mandó a hablar con la secretaría de turismo por teléfono, y me dio un folleto explicativo dónde claramente dice que "Vans y kombis, ómnibus etc, tienen que solicitar por lo menos con 72 hs de anticipación, una autorización para circular, previo pago de 340R$ por día". Llamé, y allí me hicieron hablar con una señora de nombre "Valdiceia". Le dije que era mi vehículo particular y que ya tenía alquilado un inmueble y que ya estaba pago. Amablemente me explicó que justamente ese impuesto había sido puesto porque muchos turistas cómo yo le alquilábamos a habitantes de la isla que evadían impuestos y enviaban el dinero al exterior, y que no había manera de arreglar el asunto salvo, obviamente, previo pago del pequeño impuesto. ME QUEDÉ LITERAMENTE PETRIFICADO. De repente tomé conciencia del daño que le estaba haciendo a Ilhabela con mi Van. Los autos no tienen problemas de circulación, tal vez si hubiera ido con mi Mercedes Benz de 100.000 U$s no habría habido problemas, pero a mi Van de repente la hacían responsable de la evasión de impuestos de los ciudadanos de Ilhabela. ENTRÉ EN PÁNICO.Suerte que no fui a la Isla, tal vez cobraran impuestos por el peso de las personas, o la altura, o por familia numerosa.
Sinvergüenzas, eso es lo que son. Salteadores de caminos de la Edad Media, abusadores. Todos subidos al trencito de la ecología y la preservación y lo único que logran es discriminar a las personas.
Amo a Brasil, he vivído allí, amo su gente, sus playas. Adonde he ido he pagado peajes, alojamientos, hoteles, restaurants, etc, todo dentro de la ley y he podido circular libremente. Los ciudadanos de Ilhabela seguirán enviando sus ingresos al exterior, pero me hacen responsable a mi de esa evasión. ¿No es más fácil perseguir a los evasores siendo Ilhabela tan chica? No, yo tengo que pagar por ellos. Por supuesto perdí el dinero del alquiler y nadie se interesó por protegerme. Le corté a esta tal señora Valdiceia, y me fui amargado ya casi de noche a buscar alojamiento quién sabe dónde a Ubatuba, dónde a las personas y sus autos se les permite circular por sus calles, al igual que en todo el territorio brasileño. Ahora parece que están estudiando poner un impuesto al turista con auto o a pie. ¿¿ADONDE QUIEREN LLEGAR ESTOS SEÑORES DEL FEUDO DE ILHABELA??
Por eso les digo -NO VAYAN A ILHABELA-
Gabriel Busquets